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El burro, de Zamora.

El burro, de Zamora.

León pierde todo interés por una raza autóctona que tendrá un centro pionero en los Arribes

La raza se llama zamorana-leonesa, pero los burros autóctonos apenas interesan en León, donde son pocos los criadores. Si acaso, una granja con más de un centenar de ejemplares en El Castillo, en la comarca de Omaña, propiedad de un catalán, y algunos ganaderos que casi mantienen más a los asnos en sus cuadras por lo que representó que por su interés porque la raza no desaparezca. Tampoco las instituciones muestran interés. El burro zamorano-leonés no cuenta con ayudas, salvo unas de poca cuantía de la Junta, ni se fomenta para nada su compra. Hasta tal punto que, en su día, también se cedió parte de una finca de la Diputación cerca de Boñar para un centro de cría y selección sin que hasta la fecha se haya dado hecho nada de nada.
En cambio, la provincia de Zamora ha hecho del burro zamorano-leonés una de sus señas de identidad, hasta el punto de que las comarcas de Aliste y Tierra del Pan son emblemas de su recuperación. En la última Exposición Monográfica de San Vitero, celebrada como es tradicional en el mes de marzo, fueron subastados una docena de buches –ocho hembras y cuatro machos- . Aunque se note la crisis, la pasión por estos animales no ha decrecido en una amplia zona donde parece que viven por y para los burros. “El trabajo que hemos realizado desde la asociación va dando sus frutos, tanto por lo que se refiere a la calidad de los asnos como al número de ejemplares, que ya se sitúa en 1.100, con unos 160 nacimientos al año, así que estamos en lo que se consideraba que debería de ser la estabilización de la raza”, explica Jesús de Gabriel, presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Selecto de Raza Zamorano-Leonesa (ASZAL).
En el año 2002, ASZAL puso en marcha un programa de recría y mantenimiento de asnos jóvenes que posibilita la selección de los sementales. Esta iniciativa, denominada Proyecto Garañón, pone a disposición de los criadores ejemplares en cantidad suficiente y de edad adecuada. Así, se garantiza una buena fertilidad y se consigue mejorar genéticamente la raza. “Se utilizan machos hijos de reproductores de excelente valoración morfológica y libres de defectos heredables”, añade Jesús de Gabriel. El programa elimina de esa manera uno de los grandes problemas pendientes, como era la consanguinidad.
“Los ganaderos de las comarcas zamoranas de Aliste y Tierra del Pan son los que tienen los animales de mayor calidad y los que tienen más esmero. Realmente, no sólo son la cantera de la raza, sino que son los valedores y verdaderos mantenedores de la raza en su territorio originario tradicional; los demás somos colaboradores de ellos”, subraya Jesús de Gabriel.
Y es que en Zamora, el interés va en aumento. De hecho, la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León construirá en la localidad zamorana de Villalcampo el Aula del Burro. El centro no sólo pretende poner en valor la raza asnal zamorana-leonesa, sino tambiéncompletar la oferta de ocio del espacio natural de los Arribes del Duero. La localidad de Villalcampo está situada en el extremo norte del parque y cuenta actualmente con 566 habitantes. El centro, que supondrá una inversión de 500.000 euros, será un punto de partida para la realización de sendas y complementará las actividades lúdicas.
El centro se espera que esté concluido en el año 2011. La iniciativa, que parte del Ayuntamiento de la localidad, pretende crear “un importante recurso educativo y turístico que complemente los atractivos naturales del Parque Natural de los Arribes del Duero, proponer actividades atractivas y divertidas primando la participación de los visitantes y favorecer la conservación del patrimonio ambiental y cultural y la valorización de los productos del medio rural”, según los responsables de la fundación.
Así mismo, el Aula del Burro servirá para “apoyar el desarrollo socioeconómico local con una iniciativa que utiliza los valores del entorno de forma adecuada”. El proyecto también conjuga elementos etnográficos y el valor de una raza autóctona en peligro de extinción como es el asno zamorano-leonés.
“No va a ser un centro temático ni un centro de interpretación cerrado sino un centro dinámico en el que se toma esta raza asnal como excusa para conocer cómo se trabaja en esta zona, cuáles son las actividades que desarrolla la población y el empleo de este animal en las labores agrícolas”, señaló la consejera de Medio Ambiente, María Jesús Ruiz, en una visita esta semana al centro.
En León, por no quedar ya no quedan ni esquiladores. El último es de la provincia de Salamanca.Se llama Tomás Cid Gómez y acumula a sus espaldas casi sesenta años de experiencia para que los asnos —porque ése es su fin— puedan estar más frescos y rendir más en el campo. “Hay que saberlos tratar y apear lo primero, y limpiar bien la caballería porque sino se embotan mucho las máquinas”, explicabaTomás Cid en una reciente feria en tierras charras.
En cambio, en León, hace años que han
desaparecido. No hay interés, y lo que es peor, no parece que lo vaya a haber.

 

( Un poco largo lo se, pero soy de Zamora ¿y tú?) 

1 comentario

En clase sólo hay una... -

Yo soy de LEÓN! :)